Enfermedades Cardiovasculares
Presiones centrales y Riesgo cardiovascular
Existen diferencias entre los puntos periféricos y centrales, de tal forma que la presión arterial sistólica es mucho más alta en la arteria braquial que en las arterias centrales, mientras que la presión diastólica y la presión media difieren solo discretamente.
Las curvas de presión arterial presentan diferencias en función de los puntos del árbol arterial donde se miden. Existen diferencias entre los puntos periféricos y centrales, de tal forma que la presión arterial sistólica es mucho más alta en la arteria braquial que en las arterias centrales, mientras que la presión diastólica y la presión media difieren solo discretamente. Un aumento en la presión central, sobre todo en la presión sistólica, incrementa la postcarga del ventrículo izquierdo, ocasionando un importante aumento del trabajo cardíaco, estímulo que lleva al proceso de hipertrofia del ventrículo izquierdo y sus eventuales consecuencias, como insuficiencia cardíaca e isquemia miocárdica.
Estudios clínicos y epidemiológicos han demostrado la mayor importancia de la presión arterial sistólica sobre la presión arterial diastólica y media en la evaluación del riesgo cardiovascular, principalmente en la población adulta más anciana.1–4
No obstante, la literatura sigue siendo controvertida, principalmente en lo que se refiere a la presión de pulso y presión arterial sistólica en las arterias centrales y periféricas, incluso cuando las presiones diastólicas y sistólicas parecen ser iguales.5,6,7
Tales diferencias pueden incurrir en errores interpretativos al analizar el consumo de oxígeno por el miocardio y la hipertrofia ventricular izquierda, así como en el análisis de los efectos vasodilatadores de diferentes fármacos. 8,9,10
Los primeros estudios hemodinámicos realizados por cateterismo en animales demostraron que las presiones en la aorta ascendente son muy similares a las presiones dentro del ventrículo izquierdo pero que ambas son diferentes de las medidas de presión obtenidas en la arteria braquial y radial.20,21–23 Tales diferencias fueron atribuidas a las ondas de reflexión y elasticidad de los vasos, principalmente en adultos jóvenes durante taquicardia y maniobras fisiológicas como la maniobra de Valsalva.21,22 Otros estudios mostraron diferencias entre la aorta ascendente y las arterias de los miembros superiores en individuos ancianos, especialmente cuando presentaban taquicardia y/o hipotensión o cuando estaban bajo terapia con vasodilatadores. 6,11,24–26
Más recientemente, Roman y cols.27, demostraron la mayor correlación de riesgo cardiovascular con la presión en la aorta ascendente en comparación con la presión obtenida en la arteria braquial.
La obtención de la presión arterial central puede realizarse por métodos no invasivos mediante nuevas técnicas que han proporcionado gran entusiasmo en la evaluación de la presión central en la práctica clínica. Actualmente, hay dos métodos principales disponibles: tonometría de aplanamiento que estima la presión central mediante registro indirecto no invasivo (registro de la presión sobre la pared arterial por un transductor); aplicación de funciones de transferencia generalizadas para la estimación indirecta de las ondas de presión aórtica central, obtenidas por medidas hechas mediante tonometría en la arteria braquial. No obstante, ambos tipos de metodología presentan errores relacionados con la calibración de la onda de presión central obtenida mediante la medida oscilométrica de la arteria periférica, lo que muestra factores limitantes, pero no restrictivos, a la aplicación clínica en diferentes poblaciones. A pesar de estas limitaciones, algunos estudios recientes en poblaciones específicas han sugerido que la evaluación de la presión central puede aportar nuevas perspectivas y datos adicionales para la estratificación cardiovascular en hipertensión arterial.
El estudio clínico CAFE comparó los efectos del tratamiento con diferentes anti-hipertensivos en combinación sobre la presión arterial periférica y central (gráficos 1 y 2). En la obtención de la presión central se utilizó la metodología de transferencia de función y tonometría de aplanamiento de la arteria radial, y se evidenció que reducir la PA central trae una mayor disminución del riesgo cardiovascular, más allá de la verificada con las medidas de PA periférica (arteria braquial). Además, el estudio mostró que diferentes fármacos anti-hipertensivos pueden tener respuestas diferentes sobre la presión arterial central. A pesar de estos datos, el valor pronóstico de las medidas de presión central aórtica en grandes estudios clínicos sigue siendo desconocido. Aún se requieren adaptaciones en la metodología para una medida más precisa de la PA central; sin embargo, cuando esto sea posible, datos de grandes estudios epidemiológicos y ensayos clínicos responderán si la optimización de la evaluación y la reducción del riesgo cardiovascular, que se relaciona con el aumento de la PA, será factible mediante el análisis de la PA local, donde ocurre la lesión de órganos diana o los eventos, especialmente a nivel de las arterias centrales (aorta y carótidas).



